domingo, 30 de mayo de 2010

El príncipe de Persia, de las consolas al cine


Si, como dice el tango, veinte años no es nada, veintiuno no creo que sea mucha diferencia. Ese es el tiempo que transcurrió entre la aparición del videojuego y su actual adaptación al cine.
Jerry Bruckheimer se une otra vez a Disney (ya lo hizo para la saga de Piratas del Caribe), para realizar esta fantasía épica llamada El príncipe de Persia, las arenas del tiempo.
Dastan (Jake Gyllenhaal),es un huérfano criado en las calles que el destino o la casualidad hace que se cruce con el rey de Persia, quien ve en el niño cualidades de un gran hombre y decide adoptarlo.
Los años pasan y Dastan es el menor de los príncipes herederos. Una invasión injusta a una ciudad sagrada cambiará su vida y la de la princesa Tamina (Gemma Arterton). A pesar del "desagrado" inicial entre ellos, deberán ayudarse mutuamente para salvar el reino de Persia y la daga que puede liberar las Arenas del Tiempo y acabar con el mundo.
Es una película con mucha acción, aventura, misterio, romance, en otras palabras, entretenimiento puro. Al mejor estilo de las viejas películas de matiné.

Sin una actuación que se robe la película como la de Johnny Depp, en Piratas del Caribe, tiene varios factores en común con dicha saga y ya se habla de posibles continuaciones. Excelente ambientación, espectaculares locaciones y efectos especiales, buenos actores bajo la dirección de Mike Newell (el de Harry Potter y el Cáliz de Fuego). Un comentario aparte para la música (que se escucha como fondo de esta entrada), me encantó la canción que acompañó los títulos, I Remain por Alanis Morissette (soy la única a la que le suelen gustar las canciones de los créditos?).
Así que, si a pesar de tu edad, disfrutaste de las aventuras de Jack Sparrow y compañía, también disfrutarás de esta película que cambia los mares por la arena del desierto.

lunes, 24 de mayo de 2010

Perdida sin Lost


Después de seis años fanatizada con Lost, he visto el final de la serie y confieso que se me piantó un lagrimón más de una vez.
Y ahora comienzan los spoilers, así que, si aún no viste el final y tenés pensado verlo, arriba a la derecha hay una cruz que indica la salida.
Lo que muchos losties sospechábamos se cumplió. Todos murieron y la realidad alternativa de la última temporada no era más que un lugar de encuentro, donde Desmond (qué personaje maravilloso!), se encargó de encontrarlos a todos y los reunió para partir juntos.
Con una amiga forera, solíamos discutir los capítulos de Lost, y sosteníamos que Jack (amo a Jack, es el hombre ideal), era la elección obvia para quedar en el lugar de Jacob, pero que Hugo era especial. Tampoco nos equivocamos tanto ahí.
Este último episodio me ha llegado al corazón, la idea de un "más allá", donde no existe el tiempo y nos encontraremos con aquellas personas que amamos en vida me hizo llorar en cada reencuentro de los personajes.
Lejos quedó este capítulo de explicar qué era la isla, cuál es su importancia, y muchos otros interrogantes. Se dedicó a esclarecer más las historias personales y dejó de lado los misterios que rodearon la serie durante estos años. Necesité un par de horas para digerir este final y me ayudó el leer muchos comentarios dejados en distintos sitios para descubrir que no soy la única que ha quedado confundida.
Al final acepté que hay cosas que no se explicaron y que está bien. No por eso dejé de saborear este final que me dejará huérfana y perdida, los martes a la noche

domingo, 23 de mayo de 2010

Dos siglos de sombras y luz...



Se cumplen 200 años de la Revolución de Mayo y qué mejor manera de celebrarlo que con música popular. Canciones que nos describen como argentinos y que también nos dan esperanza.
No sé si es una moda, si es por el próximo mundial, o porque mucha gente está feliz (sí, a pesar de lo que diga TN o Clarín), pero es la primera vez en años, que veo un sentimiento de patriotismo y ganas de celebrarlo.
¡Feliz bicentenario para todos los argentinos y para los pueblos hermanos latinoamericanos que también lo celebran durante este año!


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domingo, 16 de mayo de 2010

Robin Hood, el gladiador del medioevo


¿Quién puede decir que nunca escuchó la historia de Robin Hood?
El forajido que vivía en los bosques de Sherwood y que con su extraordinaria habilidad con el arco y la flecha, robaba a los ricos para repartir a los pobres, es una leyenda en el mundo entero.
El cine y la televisión se han encargado de llevar a este aventurero a la pantalla en muchísimas ocasiones, algunas veces mejor que otras.
Después de Alicia en el país de las Maravillas (Tim Burton), el segundo estreno esperado para el 2010 era el de este Robin Hood a cargo de Ridley Scott.
Este señor, que nos tiene acostumbrados a grandes producciones, no nos defrauda en ese aspecto. Sin duda, es una película para ver en el cine.
Grandes escenarios, grandes batallas, paisajes maravillosos, música épica.Pero lo que sobró ahí, faltó en otros aspectos.
No es la historia conocida por todos, la del Robin forajido acosado por el sheriff de Notthingam. Vendría a ser una precuela, la historia de Robin Longstride, un arquero que vuelve de las cruzadas y se encuentra viviendo la vida de otro. De alguna manera había que justificar al Robin Hood más veterano de la historia del cine.
Para ser justos, tengo que decir que no me gusta Russell Crowe, por lo que su Robin me pareció demasiado viejo, excedido de peso y aburrido. Además, creo que presencié una de las parejas con menos química en la historia del cine. Cate Blanchett, Lady Marion, está muy bien en su papel, pero con Russell, cero onda.

Aclarado esto, tengo que agregar que por momentos, me pareció estar viendo una mezcla entre Gladiador y The Kingdom of Heaven (ambas de Ridley Scott), con un toque de Braveheart.
Creo que por intentar mostrar la historia detrás de la leyenda, se perdió la esencia del personaje. Sus aventuras, sus amigos y su rivalidad con el sheriff.
Me dio la sensación que se prefirió la filmación de espectaculares batallas, dejando de lado a los actores. Una pena, porque tiene un elenco envidiable, cada uno con menos de 10 minutos en pantalla (William Hurt, Eileen Atkins, Max Von Sydow, Mark Addy y Matthew Macfadyen).
La película acaba cuando debería comenzar, es decir, cuando Robin termina como un marginado de la ley, dando pie para una posible secuela. Si se llega a hacer, espero un equilibrio, más lugar para los grandes actores con los que cuenta y para las hazañas de este singular arquero.
Mientras tanto, mi mejor Robin seguirá siendo éste.

sábado, 8 de mayo de 2010

Hijas y Esposas


Hacía años que deseaba tener la novela Wives and Daughters de Elizabeth Gaskell en mi manos. Lo deseaba tanto, que la pobre de Silvia cargó con él (y también con North and South), en su maleta desde España.
Había visto la miniserie de la BBC, excelente como siempre, lo que me había despertado más ganas de leerlo.
En su última novela, Elizabeth Gaskell, se concentra en relatarnos una historia íntima, la de la familia Gibson, que vive en un pequeño pueblo llamado Hollingford, la típica localidad rural que podría encajar perfectamente con el refrán, !pueblo chico, infierno grande".
El señor Gibson es viudo y tiene una hija que está haciéndose mujer, por lo que decide casarse con una viuda, ex institutriz de la gran casa del pueblo, a la que apenas conoce.
Molly Gibson es la joven protagonista del libro. Una dulce y abnegada joven, aún inconsciente que se está transformando en mujer. Lo opuesto a Molly, es Cynthia, su hermanastra, una joven frívola, caprichosa y coqueta. A pesar de ser bastante egoísta, es querida y admirada por todos, pero no por mí, que siempre me pareció un personaje bastante insoportable. Claro que entendemos mejor la forma de ser de Cynthia al conocer a su madre, un personaje que llega a ser cómico por lo banal y manipuladora.
Por su carácter dócil y preocupado, Molly se relaciona con los Hamley, una familia antigua y terrateniente, cuyo patriarca está orgullo de su primogénito y que tiene puestas todas las esperanzas en él. Osborne y Roger, son los hermanos Hamley, y cómo muchos hermanos, son unidos a pesar de ser muy diferentes. Roger es el equivalante masculino de Molly, considerado, preocupado por los demás, un muchacho poco agraciado físicamente pero lleno de cualidades. Osborne, al igual que Cynthia, se preocupa por su aspecto y sus modales.
En medio de rumores, secretos, dolor y amor, nuestra Molly crecerá y se transformará en una mujer. Y, aunque Gaskell falleció antes de terminarlo, nos deja con la tranquilidad de saber que Molly tendrá lo que merece.


En 1999, la BBC adaptó Wives and Daughters al formato de miniserie de 4 horas de duración. Con varias caras conocidas en su reparto, entre ellas el genial Michael Gambon, es una gran adaptación, que nos regala el hermoso final que nos hubiera gustado leer.