martes, 27 de octubre de 2009

El jardín de los venenos


Soy bastante ignorante sobre escritores argentinos actuales, pero siempre que voy a la librería, me llaman la atención las portadas de los libros de Cristina Bajo.
Esta escritora cordobesa utiliza cuadros de John William Waterhouse para ilustrar sus novelas de época.
El jardín de los venenos es la primera novela que leo de ella. Transcurre en una época y lugar bastante originales. La ciudad de Córdoba en los comienzos del siglo XVI.
Sebastiana es una jovencita española y rica por lo que estaba en la élite de la sociedad local.
Tiene un padre amoroso y una madre cruel. Debido a un embarazo temprano y no deseado, deberá pagar su error con un matrimonio despreciable que cambiará a la dulce joven en una mujer resentida y en búsqueda de justicia.
Desprotegida ante las leyes y la rigidez de la época, aprenderá por distintos medios, la sabiduría que esconden las plantas, utilizando estos conocimientos para vengarse de todas las personas que amenazan su existencia.
Esteban es su tío, quien intentará descifrar a la mujer extraña en que se ha convertido su sobrina, mientras busca su perdón por no haber sabido ayudarla cuando más lo necesitó. Esta será la pequeña historia de amor dentro de una novela llena de venganza.
La autora describe con detalles la vida social de la ciudad, los conflictos religiosos de la época y la opresión a la que se veían afectadas las mujeres.
Me gustó la forma en que estaba redactado, combinando lo que le sucede a la protagonista, con lo que ella escribe en su diario, siendo en éste donde se nos aclaran varios episodios.
Tiene un título alternativo que me parece mucho más acertado, Sierva de Dios, Ama de la Muerte, justamente la descripción de Sebastiana.

jueves, 22 de octubre de 2009

El Fantasma de la Ópera


Hace un tiempo hubo una entrada en el blog con este nombre, cuando comenté la película de Joel Schumacher basada en el musical de Andrew Lloyd Webber. Esta entrada será para compartir la hermosa experiencia del musical que se presenta en Buenos Aires, y que deseaba ver desde hace años.
Mi principal razón para hacer el viaje a Buenos Aires era poder presenciar este musical. Como argumenta el dicho: "Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires".
El 10 de octubre, luego de hacer un City Tour por la ciudad, caminamos hasta el teatro Opera y compramos las plateas para ir esa noche.
Más de 80 millones de personas han aclamado este espectáculo en todo el mundo y llegó a la Argentina con la misma puesta en escena, el mismo vestuario y la misma escenografía que lo hizo famoso.
Me conozco todas la canciones y la historia, pero el estar ahí, con los músicos en el foso, y con una puesta en escena impecable, es algo que no se suele ver en el interior del país, donde los musicales que llegan son con música grabada y escenarios acotados.
Comienza con la subasta de los objetos del viejo teatro parisino, con la araña en el suelo que comienza a elevarse sobre el público mientras comienzan los acordes tan familiares.
Desde el momento en que se inicia la obra, todos quedamos hipnotizados por las voces de los actores, por la escenografía cambiante e impactante y por la genial música.
La historia está basada en la novela de Gastón Leraux, donde un misterioso hombre aterroriza la Opera de París y se enamora de la joven vocalista Christine. Ella estará divida por su amor hacia el Vizconde Raoul de Chagny y la encantadora música del fantasma.
Hay partes de la obra que son definitivamente espectaculares, como cuando el escenario se transforma en un lago lleno de bruma, donde el fantasma transporta a Christine en una barca, o cuando la araña del teatro cae abruptamente sobre el público de la platea.
Un show digno de ver, de disfrutar y cuyas canciones te siguen muchos días después de haberlo visto. Si tienen la oportunidad de verlo, no se lo pierdan.
Los dejo con un video de detrás de cámaras y entrevistas.

sábado, 17 de octubre de 2009

El lujo mortuorio (II)


En el recorrido por el cementerio, hay lugares donde uno se detiene por la belleza de las esculturas. Si, además se conoce la historia, pareciera que se aprecia más y se ve con otros ojos.
La bóveda más buscada del cementerio no tiene nada de llamativo, pero en ella se encuentra el cuerpo embalsamado de Eva Perón, más conocida como Evita, quien murió con 33 años de edad. Su cuerpo fue robado de la CGT por la llamada "Revolución Libertadora", quien se encargó de ultrajarlo y esconderlo por 14 años. Muchos años estuvo enterrada con un nombre falso, en Italia. En 1971 fue devuelto a Perón en España, pero recién en 1976 sería entregado a la familia Duarte, quien dispuso su entierro en la bóveda familiar.
El cuento Esa mujer de Rodolfo Walsh, tiene como tema el secuestro del cadáver de Evita.

Todos los turistas y curiosos, buscan por el cementerio su tumba un tanto difícil de encontrar. Por eso, nos acercamos a una guía que paseaba a una pareja inglesa para pedirle indicaciones. Ella, muy amable, nos dijo que iba para ese lado y que nos llevaría. En el camino, se detuvo frente a la tumba de Rufina Cambaceres y yo comencé a reírme (interiormente), porque imaginaba la cara de la pareja cuando conociera una de las historias más tenebrosas del cementerio.
Rufina era una jovencita de sociedad, hija del escritor Eugenio Cambaceres y una ex bailarina.
En mayo de 1903, el día que cumplía 19 años, Rufina se preparaba para ir a una gala lírica en el teatro Colón. Sorpresivamente, fue encontrada muerta y los médicos le diagnosticaron un síncope. Hay dos versiones sobre los supuestos motivos de esta muerte. Uno, que esa noche se enteró que su madre era la amante de su enamorado, Hipólito Irigoyen, quien llegaría a ser presidente de la nación. Otra versión cuenta que la madre le suministraba un soporífero para que poder encontrarse secretamente con su amante y que le pudo haber provocado un estado de coma.
Sin importar los motivos, a la joven se la enterró en el cementerio de la Recoleta y, poco después, se encontró su ataúd con señales de violencia. Aparentemente, la joven había sido sepultada viva en un ataque de catalepsia.
En su tumba, podemos ver una imagen de una joven tomando el picaporte de la puerta de entrada.

Otra bóveda que llama la atención, es la de una joven artista, Liliana Crociati, quien murió en un alud en Austria, durante su luna de miel.
Está representada con su vestido de novia y Sabú, su perro, que murió el mismo día en Buenos Aires. El lugar tiene un estilo neogótico y se puede observar su cajón cubierto por un sari rojo que ella había comprado en la India.


Arriba, mausoleo de Marco Avellaneda (1813-1841), político tucumano y padre del presidente Nicolás Avellaneda.

Este domingo se celebra el Día de la Madre, un beso para todas y en especial para la mía, que cuando vea la foto se va a querer morir.

martes, 13 de octubre de 2009

El lujo mortuorio (I)


La Recoleta es un coqueto barrio porteño, llamado así por los frailes recoletos que se instalaron en ese lugar a principios del siglo XVII.
Junto a la antigua iglesia de Nuestra Sra. del Pilar, está el cementerio de la Recoleta, un lugar donde la muerte, se ha convertido en atracción turística.
Un domingo a las ocho de la mañana y con una suave llovizna resultó ser un excelente momento para hacer el recorrido por sus calles desiertas. Sólo mi madre, yo y muchos gatos que habitan esos rincones.
Lo primero que atrae del lugar, son los ostentosos mausoleos adornados con bellísimas estatuas. Lo segundo, son los personajes que allí descansan y sus historias.
El cementerio de la clase pudiente, de los presidentes, de los protagonistas de la ingrata historia nacional.
A dejado de ser un cementerio para pasar a ser un museo al aire libre que nos transporta a una época de lujo y ostentación.

Luz María García Velloso tenía 15 años cuando murió de leucemia en 1925. Una escultura tamaño natural la representa dormida, similar a una bella durmiente.

La familia Dorrego Ortíz Basualdo (quienes fueron dueños de la actual embajada de Francia), posee unas de las bóvedas más bellamente diseñadas. Con forma de capilla, la joven de la estatua, parece estar encendiendo el candelabro de siete brazos, que simboliza la luz divina y la salvación.

La primera foto es una escultura en mármol sobre granito negro sobre la tumba de José C. Paz (1842-1912), abogado y periodista, fundador del diario La Prensa.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres


Los hombres que no amaban a las mujeres tiene una portada que me llamó la atención incluso antes de saber que era un best seller mundial. Una joven mujer atada que parece cautiva.
Muchas veces lo tuve en mis manos, pero el resumen no me despertaba deseos de leerlo porque no soy una consumidora del género policial negro.
Finalmente, la compré y la lectura comenzó un tanto lenta, para ir interesándome progresivamente.
¿Qué es lo que le sucedió a la adolescente Harriet Vanger? Esa es la pregunta que su tío (uno de los adinerados dueños de las empresas familiares Vanger), quiere responder a pesar que pasaron 36 años.
Como último intento por aclarar el misterio de la desaparición, Henrik Vanger, se pone en contacto con un periodista que acaba de ser sentenciado a prisión por difamar a un exitoso empresario sueco. Mikael Blomkvist, es un afamado periodista de investigación y cofundador de la renombrada revista Millenium. En sus cuarenta y tantos, mantiene una relación con la editora casada de la revista y tiene una hija adolescente que prácticamente no ve.
Acepta este caso, porque piensa que lo ayudará a salir del acoso del industrial que injurió y, además, lo mantendrá alejado, en la isla de Hedeby, para investigar a la extraña y disfuncional familia Vanger.
Lisbeth Salander es una jovencita problemática. Considerada retrasada por el estado sueco, su personalidad extremadamente antisocial, esconde una inteligencia sobresaliente. Con un estilo dark, campera de cuero negra, piercings y tatuajes, está lejos de ser la heroína a la que estamos acostumbrados.
Mikael y Lisbeth son los protagonistas, pero no se encontrarán hasta bien entrada la novela, donde los conocimientos de investigación de la joven serán requeridos por el periodista.
Es a partir del trabajo en equipo cuando se hace imposible dejar la novela. Es que el escritor sueco Stieg Larsson, no sólo hace una novela negra, sino que aprovecha para criticar a la política de asistencia sueca, y denuncia la violencia contra la mujer. Cosas que uno no imagina que suceden en países como Suecia.
Periodista comprometido con distintas causas (supongo que su Mikael está basado en él mismo), escribió la trilogía Millenium y murió repentinamente, sin llegar a ver el éxito que han tenido en el mundo.
La siguen dos libros más, La muchacha que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y La reina en el palacio de las corrientes de aire.
Lo peor, algunas situaciones son poco creíbles.
Lo mejor, el personaje de Lisbeth, una heroína moderna que está lejos de ser una pobre damisela en apuros. Lo mejor salido de Suecia desde ABBA :P

domingo, 4 de octubre de 2009

...y me iré tranquila, me iré despacio

Es un día triste para la Argentina y toda latinoamérica, nos ha dejado físicamente nuestra querida Mercedes Sosa.
Este símbolo de libertad y lucha, nos deja sus canciones para que jamás la olvidemos.
"Mi razón no pide piedad,
Se dispone a partir.
No me asusta la muerte ritual,
Sólo dormir, verme borrar.
Una historia me recordará
Siempre."


viernes, 2 de octubre de 2009

¡Fuerza Negra!



Más de una vez he compartido mi gusto por Mercedes Sosa, cantante tucumana de 74 años, admiración que no sólo es por sus interpretaciones sino también por su postura en la vida y su persona.
Me uno a la esperanza de miles de personas que están rogando que supere el estado crítico de salud.
"Corazón de estudiante
hay que cuidar de la vida
hay que cuidar de este mundo,
comprender a los amigos.
Alegría y muchos sueños
iluminando los caminos.
Verdes, planta y sentimiento,
hoja, corazón, juventud
y fe."